EL EQUILIBRIO VISUAL: UNA DE LAS BASES DEL DISEÑO

 



Nos gusta ver composiciones equilibradas. Transmiten sensación de estabilidad y, en definitiva, hacen que nos sintamos bien. Pero, ¿Cómo lograr el equilibrio visual a la hora de realizar un diseño?

Para conseguir un equilibrio, es necesario saber colocar los elementos positivos (contenido) y los negativos (el espacio «vacío»), consiguiendo que algunos elementos no quiten importancia a otros. Es decir, todos ellos deben crear una sola composición.

Las composiciones desequilibradas crean tensiones en nuestra percepción. Por mucho que no queramos, varias propiedades nos crean incomodidad. Los elementos toman fuerza individualmente, quitando fuerza al todo. De vez en cuando, será interesante este hecho debido al mensaje que queramos transmitir, pero el objetivo más común es el de buscar el equilibrio.

Equilibrio físico y equilibrio visual

Todas las personas somos capaces de entender el concepto del equilibrio, ya que lo sentimos en todo momento. Si algo está en desequilibrio, tiene tendencia a caerse. Fijémonos en los siguientes ejemplos:



Equilibrio asimétrico: acercando el elemento de la parte izquierda hacia el otro, conseguimos de nuevo el equilibrio, pero de forma asimétrica.




Desequilibrio: esta imagen nos incomoda, porque sabemos que el elemento de la parte derecha es incapaz de sujetar al de la parte izquierda.


Equilibrio asimétrico: acercando el elemento de la parte izquierda hacia el otro, conseguimos de nuevo el equilibrio, pero de forma asimétrica.



El equilibro visual es parecido al físico. Debemos sustituir el peso físico por el peso visual (cuánto poder de atracción tiene un elemento dentro de una composición).

Comentarios